dimecres, de novembre 21, 2007

Relat fantàstic

Avui la grip s'ha apoderat de mi i m'ha obligat a quedar-me a casa fent repòs. Tot i això, no em compadeixo d'aquest contratemps ja que he pogut fer coses que generalment no puc fer. Aquesta tarda he anat a visitar la pàgina web d'un amic escriptor i viatger www.txuringa.com, i llegint la passió que té per els Super NIC (uns aparells de cinema) m'ha fet pensar que potser a casa guardàvem alguna de les pel·lícules que es poden reproduir amb aquests aparells. Mirant i remirant les estanteries de l'altell i els calaixos de tota la casa, no he trobat ni rastre de les pel·lícules, però sí que he trobat uns llibres bastant vells i plens de pols que m'han encuriosit.

En un d'ells, anomenat "Relatos Fantásticos", d'Editorial Santillana (Promoció cultural de Pepsi Cola), 1970, he trobat la següent història:

LA NIÑA TOPO, de León Tolstoi

En una vieja casucha perdida en el bosque vivia un hombre solitario que deseaba intensamente tener una hija. Un día este hombre pasó cerca de un río; bajó hasta la orilla para beber y vió un pajarraco que se disponía a remontar el vuelo. Entre su pico apretaba una topita blanca que se lamentaba tristemente. El hombre, compadecido, blandió su bastón y asestó al halcón un golpe en la cabeza, obligándole a abandonar la presa y huir gritando de dolor. Luego recogió a la topita, que estaba medio muerta de miedo, se la guardó en el bolsillo y volvió a su casa. La topita blanca pronto se acostumbró a vivir en el caserío y el hombre estaba muy contento de tener compañía. Pero en seguida volvió a apoderarse de él la nostalgia de un hijo. -!Si en vez de una topita pudiera tener una hija!- suspiró. Su deseo se realizó como por encanto y, en vez de la topita blanca, apareció una hermosa niña rubia. El hombre la crió con gran cuidado y, cuando estuvo en edad de casarse, le dijo:
-Ha llegado el momento de que escojas un compañero para tu via. Dime, Topita, ¿a quién quieres para marido?
La muchacha le miró con melancolía, suspiró y dijo:
- Padre, sólo me casaré con el más fuerte de todos.
El buen hombre se quedó muy preocupado. Y depués, creyendo haber encontrado la solución justa, corrió hasta la cima de una montañay pidió al sol que le escuchara.
-Busco para mi hija el marido más fuerte que exista -dijo-. Tú, ¡oh sol que maduras los frutos e iluminas la tierra!, eres sin duda el más fuerte, ¿quires casarte con ella?
-No, no soy el más fuerte -le contesó el sol-. Los nubarrones me vencen y ocultan mi esplendor; ¡ellos son más fuertes!
Entonces el hombre se volvió hacia un nubarrón negro.
-Busco el marido más fuerte que exista para casarle con mi hija. Tú, que incluso puedes apagar el esplendor del sol, eres sin duda el más fuerte.
Pero el nubarrón comenzó a llorar lágrimas de lluvia y dijo:
-¡Ay de mí!¡Yo no soy el más fuerte! Es mucho más fuerte el viento, que me empuja a donde quiere a lo largo del cielo.
Entoces el hombre llamó al viento y le dijo:
-Busco para mi hija el marido más fuerte que exista. Tú eres el más fuerte. ¿Querrías casarte con ella?
Pero el viento susurró en una queja:
-¡Oh, yo no soy el más fuerte! Más fuertes que yo son los montes que frenan mi carrera.
Entonces el hombre corrió al pie de un monte y gritó:
-Busco el marido más fuerte que exista para casarle con mi hija. Tú que puedes frenar la impetuosa carrera del viento eres el más fuerte. ¡Cásate con ella!
Pero el monte repuso con voz cavernosa:
-No soy yo el que buscas. Hay un pequeño animal que es mucho más fuerte que yo ¡es el topo, que me roe lento e inexorable hasta la misma entrña!
Entonces el hombre llamó al topo, y éste salió de un agujero de la montaña.
-Busco para mi hija el marido más fuerte que exista. Tú que puedes roer las altas montañas, ¿eres el más fuerte?
El topo miró al hombre con sus ojillos negros y contestó:
-Yo soy el que buscas.
Cuando el hombre volvió a casa mostró el topo a su hija y le dijo:
-Este es el marido más fuerte que existe: roe la montaña capaz de frenar el viento, y éste empuja a los nubarones que ensombrecen al sol. Sin duda es el más fuerte. Pero, ¿cómo harás para casarte con él?
La muchacha abrazó a su padre, y luego dijo misteriosamente:
-Así debía ocurrir; ahora todo vuelve a ser como al principio.
Como por encanto, se transfomó en una topita blanca, y salió por la puerta de la casucha seguida por el topo. Y, en seguida, ambos desaparecieron en el bosque.

És un relat antic, però alhora totalment actual. Es pot interpretar de diverses maneres, segons el punt de vista del lector. Deixo un temps de reflexió.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.